Adiós últimos contrapesos
El régimen obradorista se prepara para destruir a los órganos autónomos creados en la transición, últimos amortiguadores entre el poder abusivo y los ciudadanos.
La desaparición de los órganos autónomos es el siguiente paso en la construcción del poder absoluto del régimen, que ahora, tras vencer la mayoría de las resistencias nacionales, se encamina a controlar cada rincón de la vida pública. Estos órganos nacieron en los años de apertura del Estado mexicano como una respuesta a una verdad incómoda: el poder Ejecutivo no sólo es corrupto y abusivo, sino incapaz de cumplir funciones especializadas.
La presidencia mexicana nunca ha podido garantizar derechos humanos, organizar elecciones limpias, frenar monopolios, regular la energía, ni ser transparente. La solución, en los noventa, fue inspirarse en el sector privado y delegar esas tareas a quienes realmente podían hacerlas. Así surgieron el IFE (hoy INE), las comisiones de derechos humanos, la Comisión de Competencia y más tarde, el IFAI (luego INAI) y los órganos de energía.
Pero en la era actual, donde la CNDH y el INE ya están en manos del oficialismo, el gobierno ha puesto sus ojos en los pocos organismos independientes que aún le resisten: la Comisión de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, el consejo para evaluar la política social (Coneval), las comisiones de hidrocarburos y de energía, el sistema de mejora educativa, el INAI y los órganos autónomos de transparencia de los estados.
¿Para qué existían estos organismos? Para poner freno al abuso, a la negligencia y al monopolio. Si hoy puede usted instalar paneles solares en tu casa o disfrutar de tarifas razonables en electricidad, es gracias a que un órgano autónomo vigilaba que la energía fuera limpia, accesible y constante. Cuando las empresas hacían trampas para inflar precios, los órganos autónomos estaban allí para castigarlas y mantener la competencia. Gracias a ellos tiene usted la tarifa más baja de telefonía en la historia, y las llamadas dentro y fuera del país no cuestan una fortuna. Y fue el Coneval el que, más de una vez, desmintió al gobierno con cifras reales sobre pobreza y política social.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Disidencia para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.