La nueva gira culinaria de Anaya por la república confirma que el obradorismo ya dejó escuela. Claro que pueblear por México no es exclusivo de López, pero en Anaya se entrevé una imitación que, además de postiza, es una admisión de culpa.
Consiste en conceder que la causa del populismo es la lejanía de las élites. ¿La solución? Pueblear y comer garnacha…
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