A nadie debe extrañar que los centros de pensamiento y ciencia en México estén bajo ataque. Las embestidas sistemáticas y sostenidas contra el Conacyt, la UNAM y el CIDE no son querellas meramente políticas, ni tampoco presupuestarias. Hay un poco de eso, sin duda: al interior de esas instituciones hay grupos de poder con intereses que incomodan al gobi…
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