Uno de los grupos más emblemáticos en el ascenso del régimen obradorista fue Democracia Deliberada, integrado por jóvenes progresistas urbanos, educados en las mejores universidades del mundo –muchos de ellos becados por el neoliberalismo y los gobiernos de la transición; otros más hijos mimados de la élite mexicana–, que regresaron a México para apoyar a un demagogo bananero y destructivo, traicionando a la democracia liberal y el arreglo republicano del cual se beneficiaron y les resolvió la vida desde jóvenes.
De esas filas salieron varios personajes que, por su cercanía a los medios, academia y redes sociales, han hecho propaganda y marcado el rumbo del nuevo régimen nacional-populista. Y aunque terminaron marginados en el sexenio del caudillo –a quien no le encantaban las banderas del progresismo extremo–, son mucho más cercanos a Claudia Sheinbaum, serán cobijados por ella y tendrán influencia en su gobierno.
Acabo de publicar mi segunda novela, Confesiones de un deliberado (Ed. Literal Publishing), que cuenta la historia de un miembro de esa cofradía –un “deliberado”, como les decimos en las redes– que se va becado a Estados Unidos, se vuelve woke y regresa a México con la esperanza de aplicar las teorías de interseccionalidad aprendidas allá mediante un cambio de régimen, sin imaginar las fuerzas oscuras y milenarias que yacen en el subsuelo de esta tierra indómita y que terminarán devorándolo no sólo a él y a sus sueños sino al país entero.
Es una novela corta de ficción política basada en la vida real, que retrata a la ingenuidad juvenil de toda una época encapsulada en la frase “no podía saberse”. La novela pretende retratar la disonancia entre las fantasías del claustro académico y la enigmática realidad del México profundo. Algunos lectores me han dicho que funciona como secuela literaria de mi reciente libro sobre los linchamientos, El pueblo bueno y sabio.
Aquí reproduzco la sinopsis, que a su vez es un fragmento de la novela:
Jamás olvidaré la primera vez que entré a la Macarena aquella tarde de jueves, mi incorporación formal a Sociedad Deliberada. Cuando entré al salón contiguo, reservado para la congregación, ya estaban las mesas puestas en forma de herradura, de manera que todos pudiéramos vernos las caras a modo de parlamento abierto. Olía a una mezcla de caoba y paella valenciana, la luz amarilla tenue de cantina daba la sensación de tiempos remotos. Ya todos estaban sentados. Gerardo, Luis, Pepe, y unos 15 o 20 más, de entre los cuales reconocí a Paola Suárez, una excompañera del ITAM, feminista dura, y a Andrés Toulouse, a quien no conocía en persona, pero era bastante popular por ser nieto de Alejandro Toulouse, empresario poderoso al que López Portillo le expropió una sociedad financiera. Al unísono me saludaron todos como si supieran perfectamente bien quién era, miradas de calurosa bienvenida que confirmaban el beneplácito a mi presencia e ideas. Saludé agradecido con la mano y me senté en uno de los extremos de la herradura a esperar que iniciara la sesión.
Los invito a leerla. Por ahora sólo está en versión digital y ya la pueden descargar en Amazon, Apple, Barnes & Noble, Everand, Kobo, SmashWords, y Decitre. Espero que les guste y bienvenidas sus reseñas.
No puedo esperar la quincena para correr por el.🤗
Muchas felicidades Pablo y mucho éxito con esta nueva novela.