En mis días como comentarista he acumulado cierta experiencia debatiendo con algunos propagandistas del régimen obradorista y le puedo asegurar que es un deporte extremo. Primero, porque un propagandista es un mentiroso de tiempo completo; y segundo, porque no parte de un piso mínimo de objetividad compartida que admita concesiones y síntesis. Por ejem…
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