La amenaza y las últimas dos semanas
La propaganda de miedo y coacción orquestada por el régimen para asustar votantes
Esta semana tuve la fortuna de ir como invitado a la campaña para el Senado de la República por la CDMX de la diputada del PRI, Cynthia López Castro. Recorrimos colonias muy marginadas en la periferia metropolitana como Cuautepec de Madero –conocido como “Barrio Alto”–, un asentamiento de paracaidistas en la Sierra de Guadalupe atrás del Reclusorio Norte. De esas colonias que, vistas desde la ciudad, parecen una gran barraca gris incrustada en el cerro.
Conocer las campañas a ras de tierra es una experiencia enriquecedora para cualquier comentarista político. No sólo porque revelan la cara de la política real, tan diferente a la que se dibuja en las discusiones abstractas de las mesas de opinión en las que yo mismo participo, sino porque te permite tantear el pulso, la atmósfera, lo que está sintiendo gente muy desfavorecida que además tiene proclividad natural por el obradorismo. Y, aunque no se pueden hacer deducciones generales sobre todo el país, me llevé una impresión que coincide con algo que se ha advertido mucho.
La gente sin lugar a duda está consciente del deterioro generalizado del país. Entiende muy bien –porque lo padece– que empeoraron muchos ámbitos de la vida, sobre todo la seguridad y la salud. Por un lado, la gente confiesa abiertamente tener miedo, autoimponiéndose un toque de queda a partir del momento en que se pone el sol. Por otro, repite constantemente una de las principales quejas del sexenio: que ya no hay medicinas ni atención médica “como antes”. Ambos reclamos resuenan en todo el país. Las encuestas de percepción de seguridad confirman que casi ocho de diez mexicanos viven aterrados. Las mediciones del Coneval indican que hasta 30 millones perdieron el acceso a la salud tras la destrucción del Seguro Popular y del sistema de abasto de medicinas.
Sin embargo, a pesar de todo, están profundamente agradecidos con la lanita que les manda el Licenciado cada dos meses, con una gratitud que roza en la ternura afectiva. No alcanzan a ver la trampa: que esas monedas les llegan precisamente a cambio del menoscabo en su calidad de vida. La pobreza los ata a esa inmediatez y no logran discernir que les quitaron más de lo que ese dinero puede comprar. Lo ven como un rescate donde el deterioro es culpa del gobierno, pero la pensión es gracia del viejito santo.
A mucha gente en verdad le caen bien ambos, Xóchitl y Taboada, como ellos les dicen. Sencillos, carismáticos, honestos. Recibí en general muy buenos comentarios sobre ellos, lejísimos de las vulgares caricaturas que les ha construido el oficialismo y sus gacetilleros. Pero de ahí a que vayan a votar por ellos es muy distinto, pues tan pronto hacíamos la mención, se activaba la peor cara del chantaje clientelar: el miedo a que les quiten “el apoyo”. Pero no a que se los quite Xóchitl ni Taboada, sino el propio Morena como castigo. Me consta, de viva voz, que con eso los amenaza exitosamente el régimen, lo cual constituye coacción: un delito electoral que merece prisión preventiva oficiosa. Como se ha documentado, esto lo hacen en todo el país decenas de miles de “siervos de la nación”, el ejército electoral de Morena financiado con dinero público.
“No es miedo a que los programas se los quiten Xóchitl ni Taboada, sino el propio Morena como castigo.”
Vi este temor tan extendido, que es de vida o muerte desarticularlo en estas últimas dos semanas con una poderosa campaña de concientización para dejar claro que la dichosa ayudadita, primero, no viene del Licenciado sino de nuestros impuestos; y, segundo, que está protegida por la Constitución y nadie se las puede quitar, mucho menos como castigo por un voto. Xóchitl ya lo había solicitado hace unas semanas al INE, pero éste se negó, lo cual para mí, después de lo que vi, es una prueba más de que este INE ya no es el que era y está en connivencia con el régimen.
Es la última hora del día, a punto de que se meta el sol y con él los votantes que han cedido al miedo a pesar de un genuino anhelo de cambio. Después de la experiencia, no me queda duda que si gana el régimen será en gran medida gracias a esa amplia operación ilegal de Estado.
Pablo: sospecho que parte de lo que te dijeron, seguramente es realizado por parte de este ejercito guinda, que andan a pie, persuadiendo, engañando, amenazando a la población. Considero que muchas de esas personas son aún más vulnerables al fake news y a la manipulación de la información que estos sujetos les exponen.!!
Esperemos que mucha gente sea valiente y siga recibiendo su $, pero vote en contra de morena, por el desastre que está a la vista.. en muchas de las dimensiones de la vida de un mexicano.
Me quedo con esto, que dicho sea de paso, no pudiste haberlo, pensado y escrito mejor, gran columna. "No alcanzan a ver la trampa: que esas monedas les llegan precisamente a cambio del menoscabo en su calidad de vida."