Las campañas locales
Si usted verdaderamente quiere salvar a la República, involúcrese en la política de su comunidad.
Como es costumbre en los autodenominados medios nacionales, las notas y análisis de las campañas electorales se concentran en la cobertura de las aspirantes presidenciales. Poco o nada se dice de las candidaturas a la Cámara de Diputados, al Senado, y menos aún a los congresos locales. Prácticamente nadie pasa del muy socorrido lamento políticamente correcto por la mala calidad de los inscritos en las listas para ocupar posiciones plurinominales. Esto no es un mero síntoma de arrogancia capitalina, es miopía intelectual. Hoy por hoy, seguimos sin tener ninguna encuesta seria que apunte como puntera a la candidata de la oposición, pero sí tenemos encuestas que dicen que la oposición va a la cabeza y con serias posibilidades de ganar en numerosas contiendas locales. Aún si no fuera el caso, y las encuestas anticiparan una victoria opositora para la presidencia y derrotas en lo local, sería un error gravísimo desentenderse de las campañas locales. Si algo aprendimos este sexenio es que la única defensa posible ante la tiranía es el poder legislativo. Los órganos autónomos, las autoridades electorales y la Corte son capturables y fueron sometidos desde el Poder Ejecutivo en mayor o menor medida a lo largo del sexenio. Donde vimos una barrera de contención genuina todo el sexenio fue en el Senado. Y nos dimos cuenta de la trascendencia de evitar que el oficialismo controle los congresos locales, pues teniendo mayorías en más de la mitad, obtendría la capacidad de aprobar las reformas constitucionales más regresivas.
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