Las izquierdas hispánicas y la culpa de la derecha
Que la izquierda culpe de todos sus fracasos a la derecha no es exclusivo de México sino un signo de la izquierda hispana en general. Escribe Raudel Ávila en su columna dominical.
Esta semana Pedro Sánchez, el presidente de España que hizo un pacto destructor de la Constitución con separatistas y golpistas en aras de aferrarse al poder, montó un chantaje sentimental que daría risa si no fuera porque tanta gente lo tomó en serio. Sánchez, líder del PSOE, el exponente de la “izquierda democrática” en el mundo de habla hispana extorsionó al electorado diciendo que, si los medios o el poder judicial se empeñan en investigar la presunta corrupción de su esposa, él se irá del poder. La explicación del escándalo según él es una conspiración de –¿quién si no?– la malvada ultraderecha. La revista The Economist lo llamó “Drama King”, así con todas sus letras. No se ría. Gente como el destacado cineasta Pedro Almodóvar publicaron reacciones tan abyectas y arrastradas que parecen sacadas de la mañanera:
“No existe ser humano que resista lo que el más resistente de nuestros presidentes ha estado sufriendo los últimos años, en una escalada que supera todo lo imaginable. No me extrañó que se rompiera y me provocó tal indefensión que me puse a llorar como un niño. Pedro Sánchez tiene derecho a irse y abandonarnos a nuestra suerte. No nos lo merecemos.”
Ante la ausencia de resultados o los escándalos de corrupción de la fuerza política que se autoproclama “moralmente superior”, no queda sino la victimización, la renuncia a asumir cualquier forma de responsabilidad. En suma, la adolescencia intelectual, la falta de madurez pública y el trato al electorado como si no estuviera compuesto por adultos.
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