¿Por qué sigue perdiendo credibilidad la oposición?
Desde los llamados a impedir la transferencia del poder, hasta las acusaciones de un "golpe de Estado", pasando por el protagonismo estéril, la oposición está perdida, escribe Raudel Ávila.
En estos días, Pablo Majluf, el titular de este portal, publicó una reflexión sobre la imposibilidad de que la República sobreviva frente a tantos traidores o desleales a la Constitución y los valores republicanos. Si bien creo que es un argumento razonable, considero que falta considerar lo limitada que es la oposición en numerosos órdenes. No se trata solamente de que el oficialismo tenga contingentes de defensa más nutridos, sino que también la impericia política de los defensores de la República es descorazonadora.
Hace unos días apareció un video de Guadalupe Acosta Naranjo donde éste afirma que, si el gobierno no cumple con ciertas demandas, él amenaza con impedir la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum. No deja de ser extraño que se llame al cumplimiento de la ley amenazando con romper el orden constitucional. La oposición ha llegado a extremos tan peligrosos como señalar que la sobrerrepresentación es un “golpe de estado”, pero uno de sus voceros, convoca a impedir la transmisión pacífica del poder.
No hay ninguna duda de que Claudia Sheinbaum ganó la elección presidencial de este año y aún así la oposición que presume defender la Constitución quiere imitar el ejercicio trumpista del 6 de enero de 2021. Intentar detener la ceremonia del cambio de gobierno sí es una tentativa golpista y abiertamente rupturista del orden constitucional, pero la oposición no tiene la capacidad intelectual para asimilar esa contradicción. Esto revela el gigantesco vacío conceptual y discursivo de lo que queda de oposición.
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