The Apprentice: algunas claves para entender a Trump
El maquiavelismo vulgar de Roy Cohn y el joven Trump conquistan Manhattan... y el mundo. Escribe Ángel Jaramillo.

La película The Apprentice del director de cine iranio-danés, Ali Abbasi, comienza con el discurso donde Richard Nixon —a punto de capitular a la presidencia del país más poderoso del mundo— le dice al pueblo estadounidense que él no es un villano ("I'm not a crook"). Algo que nunca hubiera dicho Donald Trump. Y esa es la gran diferencia entre los dos. Para entenderla habría que ver la película de Abbasi.
Estamos en el Nueva York de los ochentas y Sebastian Stan —el actor que interpreta a Trump— camina por una gran avenida dirigiéndose a un bar lujoso donde conocerá a Roy Cohn (Jeremy Strong), quien le enseñará a Trump a practicar la posverdad y a ser un hombre sin escrúpulos.
Conocido como el brazo derecho del Senador Joseph McCarthy —de infausta memoria para quienes no compartamos la afición por la caza de brujas y la delación como una de las bellas artes— Roy Cohn aparece como alguien que aprendió las peores lecciones maquiavélicas, mientras frecuentaba los bajos fondos de la criminalidad organizada en Nueva York.
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