TikTok en México
La ceguera estratégica del gobierno mexicano y la rendición de la soberanía cibernética. Escribe Óscar Constantino
La Corte Suprema de Estados Unidos anunció un veredicto que resonó en el mundo digital: TikTok, la plataforma china que ha definido la última década de interacción social estaría fuera del mercado estadounidense a menos que su matriz, ByteDance, acepte venderla. Inesperadamente Donald Trump recién inaugurado dio un aplazamiento de último minuto a la ejecución de esa ley, pero se podría concretar en cualquier momento.
Estados Unidos justificó su decisión como un movimiento necesario para proteger su seguridad nacional. Con 170 millones de usuarios en su territorio, TikTok no sólo recopila datos masivos; también, según acusaciones, censura críticas al gobierno chino y promueve propaganda favorable a regímenes autoritarios, desde Rusia hasta Venezuela.
A primera vista, parece un conflicto más entre Washington y Beijing, pero bajo la superficie late una pregunta inquietante: ¿qué está haciendo México respecto a los riesgos que plantea esta red social? Mientras en el norte suenan alarmas y se toman medidas drásticas, México sigue inmóvil, como si no estuviera jugando en el mismo tablero global.
El país que no quiere ver
En los últimos años, TikTok ha ganado un terreno insólito en México. Es el escaparate de millones de usuarios, desde adolescentes compartiendo coreografías hasta políticos ansiosos por conectar con la juventud. Pero el problema no está en los bailes o las campañas. El verdadero riesgo radica en cómo la plataforma maneja la información y manipula “narrativas”, algo que parece haber pasado desapercibido en el país.
Un ejemplo evidente es la sospechosa inclinación del algoritmo hacia ciertas posturas políticas. TikTok ha censurado publicaciones que critican a figuras como Claudia Sheinbaum, mientras amplifica contenidos estatistas o propagandísticos. En algunos casos, incluso, ha permitido la promoción de mensajes que respaldan a regímenes autoritarios, como la invasión rusa a Ucrania o los gobiernos dictatoriales de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
El reto geopolítico de México
La pasividad mexicana contrasta con el movimiento de Estados Unidos. Mientras Washington asume los riesgos de enfurecer a una potencia como China, México parece rehuir el debate. ¿Por qué?
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