Luego de releer y meditar tu texto (que ligo a tu comentario sobre la actualidad de 'La montaña mágica', la estupenda novela de Thomas Mann), creo que el "pecado original" de la llamada comentocracia nace precisamente en el medio que usa para expresarse. Como bien sugirió McLuhan, si el medio es el mensaje, los medios masivos serían una especie de escopeta... que no sirve de maldita la cosa cuando lo que se necesita es un rifle con mira telescópica. Los medios sirven naturalmente a la proliferación de la propaganda y de las mentiras (y a veces, llegado el caso, para darle instrucciones precisas a la población); la verdad debe ser buscada en otra parte. Ese sería el problema de origen que hoy sólo se agrava por el frenético ciclo noticioso que tampoco estimula la reflexión. Al parecer fue hace siglos que gozábamos de todo un domingo para meditar sobre los editoriales publicados en el diario. Saludos.
Luego de releer y meditar tu texto (que ligo a tu comentario sobre la actualidad de 'La montaña mágica', la estupenda novela de Thomas Mann), creo que el "pecado original" de la llamada comentocracia nace precisamente en el medio que usa para expresarse. Como bien sugirió McLuhan, si el medio es el mensaje, los medios masivos serían una especie de escopeta... que no sirve de maldita la cosa cuando lo que se necesita es un rifle con mira telescópica. Los medios sirven naturalmente a la proliferación de la propaganda y de las mentiras (y a veces, llegado el caso, para darle instrucciones precisas a la población); la verdad debe ser buscada en otra parte. Ese sería el problema de origen que hoy sólo se agrava por el frenético ciclo noticioso que tampoco estimula la reflexión. Al parecer fue hace siglos que gozábamos de todo un domingo para meditar sobre los editoriales publicados en el diario. Saludos.
Ah, qué buena evocación de McLuhan, Toño. Me fascina. En la universidad me decían Majluhan jajajajaja.